
Castillo de Vélez Blanco, foto Internet.
El poder de los Fajardo y el Castillo de Vélez Blanco.
En la frontera del antiguo reino de Granada, sobre un espolón rocoso que domina la villa almeriense, se alza el castillo de Vélez Blanco, orgullo del linaje Fajardo y emblema de su poder. Fue mandado edificar a comienzos del siglo XVI por Pedro Fajardo y Chacón (1478–1546), primer marqués de los Vélez, quien supo transformar la antigua fortaleza medieval en un palacio renacentista que proclamaba la riqueza y prestigio de su casa.
El marquesado, concedido por Carlos I en 1507, consolidaba a los Fajardo como una de las casas más influyentes del sureste peninsular, herederos del papel histórico de sus antepasados como adelantados mayores del Reino de Murcia.
El enlace con la Casa de Alburquerque.
Consciente de que el poder se sostenía no solo en armas sino también en alianzas, Pedro Fajardo contrajo segundas nupcias con Mencía de la Cueva y Mendoza, hija de Francisco Fernández de la Cueva, II duque de Alburquerque, y de Francisca de Toledo.
Con este matrimonio, los Fajardo quedaron unidos a una de las casas ducal más cercanas al trono, asegurando prestigio en la corte y respaldo en la política castellana.
De esta unión nació Luis Yáñez Fajardo de la Cueva, llamado a continuar la grandeza del marquesado.
La unión con los Fernández de Córdoba.
Siguiendo la estrategia de engrandecer la casa mediante alianzas, Luis Yáñez Fajardo contrajo matrimonio con Leonor Fernández de Córdoba y Zúñiga, hija de Diego Fernández de Córdoba, III conde de Cabra, y de Francisca de Zúñiga y de la Cerda.
Este enlace representó la fusión de dos linajes poderosos: los Fajardo, señores del sureste murciano y granadino, y los Fernández de Córdoba, cuyo poder se extendía por la campiña cordobesa y que competían con los Aguilar y los Sessa en la primacía nobiliaria de Andalucía.
Descendencia del matrimonio.
El matrimonio de Luis Yáñez Fajardo y Leonor Fernández de Córdoba tuvo cuatro hijos varones y una hija.
El primogénito, Pedro Fajardo y Córdoba, heredó el marquesado de los Vélez, asegurando la continuidad de la casa.
Sus hermanos y hermana reforzaron, a través de alianzas, la presencia y prestigio de la familia en la nobleza andaluza y murciana.
Fuera de este matrimonio nació además Luis Fajardo y Chacón, hijo natural de Luis Yáñez, cuya descendencia tuvo igualmente relevancia en la región, aunque sin los derechos sucesorios del mayorazgo.
Actualidad.
Tras saqueos, expolios y ventas particulares paso a considerarse como BIC (Bien de Interés Cultural) y fue declarado Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931.
Significado histórico.
De esta manera, en las salas del castillo de Vélez Blanco, entre mármoles italianos y el eco de la frontera recién pacificada, se forjaron las alianzas que unieron a los Fajardo con los Fernández de Córdoba y con la alta nobleza castellana.
El marquesado de los Vélez se convirtió en puente entre Murcia y Andalucía, y en ejemplo de cómo la nobleza del sur peninsular supo consolidar su poder mediante la política matrimonial y la construcción de símbolos duraderos de prestigio.
Así, entre los muros del castillo de Vélez Blanco, la sangre de los Fajardo, de la Cueva y de los Fernández de Córdoba se entrelazó para dar forma a un linaje que dejó en piedra y memoria la huella de su grandeza.
Adaptación: Francisco Fernández de Córdoba y Rivero.
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