La cuadro familiar y fotografía 1860 .
Imágenes originales en la colección familiar.
Imágenes originales en la colección familiar.
Casa Fernández de Córdoba y Álvarez de las Asturias.
Rama de los Duques de Arion, Marqueses de Malpica, Condes de Gondomar, etc.
Realizada en su Casa Palacio.
Interpretación pictórica de Amalia Fernández de Córdoba y Maldonado.
Resumen:
La presente contribución analiza una de las más tempranas representaciones fotográficas de la nobleza española del siglo XIX: la fotografía familiar de los Fernández de Córdoba y Álvarez de las Asturias, tomada en su Casa Palacio hacia 1860, y su posterior reinterpretación pictórica por Amalia Fernández de Córdoba y Maldonado. Ambas obras —una de naturaleza documental y otra artística— constituyen un testimonio visual excepcional de la continuidad genealógica, la identidad de linaje y el simbolismo doméstico de una de las principales casas nobiliarias del Reino.


I. Introducción.
A mediados del siglo XIX, la técnica de la carta fotográfica —formato de retrato ideado por André-Adolphe Disdéri en 1854— alcanzaba su madurez en Europa y comenzaba a introducirse entre las familias españolas de la alta sociedad.
A comienzos de 1860, el linaje Fernández de Córdoba y Álvarez de las Asturias, descendiente por linea masculina directos del Duque de Arion, Marqués de Malpica, Condes de Gondomar, etc y por linea materna de los Condes de Gor, encargó una fotografía oficial que habría de convertirse en una de las más tempranas y notables representaciones visuales de cohesión dinástica en la nobleza castellana.
La sesión tuvo lugar en la Casa Palacio de Malpica residencia familiar y escenario habitual de reuniones entre ramas colaterales del linaje. Muy posiblemente el 6 de enero, si tenemos en cuenta la fecha del fallecimiento de la matriarca, Excma. Sra. Carmen Chacón Manrique de Lara Carrillo de Albornoz, duquesa consorte de Gor, fallecida el 11 de enero de ese año, (quién aparece sentada en la parte central de la foto), casada con Excmo. Sr. Nicolás Mauricio Álvarez de las Asturias Bohórquez y Vélez Ladrón de Guevarra.
La escena, cuidadosamente compuesta, responde al ideal de “familia extensa” propio del patriciado decimonónico, en el que la representación de varias generaciones convivientes reforzaba la legitimidad simbólica de la estirpe y su continuidad histórica.
II. Historia y reinterpretación pictórica.
La imagen original, tomada en blanco y negro, reunió a diversas generaciones del linaje en un retrato de grupo que exaltaba los vínculos de sangre, el rango social y la elegancia nobiliaria de la época.
A la hora de definir los personajes que aparecen en la foto, los colocaremos conforme nosotros vemos la foto, el lado izquierdo que corresponde a la mano derecha de la matriarca, y el lado derecho que es la mano izquierda de la figura central.
Décadas más tarde, Amalia Fernández de Córdoba y Maldonado, descendiente directa del linaje, nieta de Joaquín Fernández de Córdoba y Quesada y de Josefa Mercedes de Ziburu y del Collado, y biznieta de Gonzalo Fernández de Córdoba y Álvarez de las Asturias Bohórquez, X Conde de Gondomar, localizado en la foto por debajo del cuadro central, y de su esposa Matilde Pilar Quesada y Bayona (no aparece en la foto). Realizó una reinterpretación pictórica de estilo naíf inspirada en esa fotografía. En su versión colorida, la artista introdujo elementos simbólicos y ornamentales —como animales, cuadros enmarcados y conjunto de mesita de pared con candelabros y reloj— que no figuraban en la fotografía original, pero que aportan una lectura alegórica de la unidad familiar, la serenidad doméstica y la continuidad dinástica.
El resultado fue una obra de profundo carácter sentimental y evocador, en la que la fidelidad documental se entrelaza con la memoria afectiva.
El cuadro fue expuesto años más tarde en la Galería Altea, situada en la calle Don Ramón de la Cruz (Madrid), espacio dedicado al arte figurativo contemporáneo, donde alcanzó notable acogida. Posteriormente fue adquirido por un arquitecto madrileño como obsequio para su esposa, reconocida admiradora de la pintura naíf, pasando así a colección privada.
III. Descripción de la composición familiar.
Ya mencioné que a la hora de identificar a las personas los nombraremos conforme miramos la foto.
Zona central y lugar dominante, muy bien organizado, se da preferencia a la matriarca, y persona de mayor edad, ya viuda, María del Carmen Chacón y Carrillo de Albornoz (?-11-01-1861), casada con Nicolás Mauricio Álvarez de las Asturias y Bohórquez (22/02/1741-?) I Duque de Gor y otros títulos, y en sendos lados se irán colocando la hija y su marido, de pie los hombres (tanto nietos de la matriarca, como maridos de las nietas), cediendo el asiento a las mujeres nietas y niños (biznietos).
La fotografía de 1860 muestra a Joaquín Fernández de Córdoba y Pacheco Téllez Girón (1787-1871), Duque de Arion, IX conde de Gondomar y marqués de Malpica, entre otros títulos. Localizado a la derecha de la imagen de la matriarca, rodeado de su familia, en una de las imágenes más representativas de la nobleza española y en una época del año muy familiar, como es la navidad, 6 de enero, podemos imaginarnos aquel día, a primera hora de la mañana con la apertura de los regalos de Reyes Magos.
A la izquierda de la matriarca, sentada está la esposa de Joaquín, M. Encarnación Álvarez de las Asturias y Chacón, que fallecería poco años después en 1863.
En pie, de izquierda a derecha, aparecen:
Alfonso (1823-1903), marqués de Mancera; Pedro (1819-1883), marqués de Mirabel, se casó con Matilde Rosa de Carondelet y Donado. Nicolás(1837-), marqués de Montalbo, se casó con Dionisia Owens y O’lawlor. Gonzalo (1834-1892), conde de Gondomar (ya nombrado), se casó con Matilde de Quesada y Bayo. Todos ellos hijos de Joaquín y M. Encarnación.
Continuando con Francisco de Borja de Silva Bazán (1815- 1889), marqués de Santa Cruz, esposo de M. Encarnación Fernández de Córdoba y Álvarez de las Asturias (1817-1884). Luis Gonzaga de Mora y Orozco (1812-1864), conde de Santa Ana, esposo de M. Luisa Fernández de Córdoba y Álvarez de las Asturias (1818-1880). Y Luis de Silva y Fernández de Córdoba (1845-1918), conde de Pié de Concha, que casó con M. Dolores Fernández de Henestrosa y Fernández de Córdoba (1847-1873), biznieta de los Duques de Medinaceli, Marqueses de Priego, Duques de Cardona, entre otros títulos.
Sentados en el lado izquierdo:
M. Elvira Marquesa de Alboloduy (1847-1907), se casó con José Cayetano Adorno y Fuentes. M. del Carmen (1843-1907), condesa de Torreno, se casó con Francisco de Borja queipo de Llano y Gayoso de los Cobos. Joaquín Fernando (1845-1891), duque de Arion, se casó con Blanca Rosa de Osma y Zavala. Pedro (1847-1878), Marqués de Torre Alta, se casó con Josefa M. Carreaga y Moreno Bravo. Hijos de Joaquín Fernández de Córdoba y Álvarez de las Asturias Bohórquez (1816-1847), marqués de Pomar (cuadro central) y de su esposa M. del Carmen Álvarez de las Asturias y Giraldez (1820-?).
A la derecha de Joaquín Fernández de Córdoba y Pacheco (conforme se mira) su hija M. Encarnación (1817-1884), casada con Francisco de Borja de Silva y Bazán, la hija de ambos y delante de su hermano, Joaquina de Silva y Fernández de Córdoba (1836-1913), Marquesa de Isasi, su tía M. Luisa (1818-1880), Marquesa de Zugasti, casada con Luis Gonzaga de Mora.
Cristina (1831-1916), Marquesa de Griñon, se casó con Fernando Ramírez de Haro y Relvis de Moncada. M. Blanca (1818-1900), marquesa de Cuba, se casó con Andrés Lasso de la Vega y Quintanilla (ver artículo publicado en este grupo el 05/07, sepultura en la Catedral de Sevilla). Ambas hermanas, hijas de Joaquín Fernández de Córdoba y Pacheco y de M. Encarnación Álvarez de las Asturias y Chacón.
Por último en el ovalo debajo del cuadro de Joaquín, marqués de Povar, se encuentra Álvaro de Silva y Fernández de Córdoba, conde del Viso, marqués de Santa Cruz, duque de San Carlos (según el libro de Enrique Fernández de Córdoba y Calleja), casado con María Luisa de Carvajal Vargas y Davalos. Dado la configuración del cuadro yo pienso que está imagen pudiera corresponder a Nicolás Mauricio Álvarez de las Asturias y Chacón (1792-1851), II Duque de Gor, y otros títulos, hijo de la matriarca, manteniendo así un recuerdo y su memoria.
El conjunto se organiza en torno al retrato del marqués de Povar, símbolo de la continuidad dinástica, y una nostálgica representación idealizada de las casas Fernández de Córdoba, Silva, Bazán y Álvarez de las Asturias, unidas por lazos de sangre y alianzas matrimoniales.
IV. Significación genealógica y simbólica.
La doble existencia de esta obra —fotográfica y pictórica— convierte el conjunto en un documento iconográfico excepcional para el estudio de la memoria visual del linaje Fernández de Córdoba.
La reunión familiar de 1860, es además, un compendio de la red nobiliaria del siglo XIX, en la que confluyen diez marquesados (Malpica, Mancera, Mirabel, Montalbo, Santa Cruz, Pié de Concha, Torre-Alta, Povar, Griñón y Cubas), tres condados (Gondomar, Santa Ana y Casa Galindo) y tres ducados (Gor, Arión y San Carlos).
Más allá de su valor artístico, la composición testimonia el esplendor genealógico y la interconexión de algunas de las casas más ilustres del Reino, herederas directas del legado político y militar del linaje Fernández de Córdoba, es, de lo más valorado poniendo caras a todas estas personas.
Conclusión.
La fotografía familiar del Palacio de Malpica y su reinterpretación pictórica por Amalia Fernández de Córdoba y Maldonado constituyen una síntesis perfecta entre documento y evocación. Representan el tránsito del retrato dinástico al retrato sentimental, en un momento en que la nobleza española buscaba reafirmar su identidad frente a la modernidad burguesa.
En su doble lectura —histórica y artística—, la obra encarna la memoria viva de una estirpe que supo conjugar nobleza, arte y modernidad, legando al patrimonio español una de las imágenes más significativas del linaje Fernández de Córdoba en el siglo XIX.
Agradecimientos.
Gracias a Amalia Fernández de Córdoba y Maldonado, por aportar las imágenes e información sobre el cuadro; al recordado Enrique Fernández de Córdoba y Calleja (†), por los valiosos datos de identificación; y a Enrique Fernández de Córdoba y Moncada, por su ayuda, interés y por establecer los contactos que hicieron posible este estudio.
También a Inés Caballos Fernández de Córdoba, que nos facilito ayer una foto de la original y un boceto con las personas nominadas y numeradas, confirmando datos.
Texto: Francisco Fernández de Córdoba y Rivero.
fferyri@gmail.com