LUGARES

Foto Susana Collado Fernandez.
El Patio de las Comedias de Iznájar y la huella de los Fernández de Córdoba.
Corría el año 1431 cuando las tropas de Juan II de Castilla conquistaban la villa de Iznájar, enclavada en una estratégica colina sobre el río Genil. Poco después, el rey otorgaba el castillo y la jurisdicción de la villa a Diego Fernández de Córdoba y Montemayor, noble guerrero de frontera, quien se convirtió en el primer Señor de Iznájar, más conocido por el I Conde de Cabra. Así comenzaba una nueva etapa para esta localidad, ahora incorporada a los vastos dominios de los Fernández de Córdoba.
Bajo su señorío, Iznájar se transformó: se reforzó el castillo, se organizó la repoblación cristiana y se estructuraron nuevos espacios urbanos en torno a la vida comunal y productiva. En ese contexto nació lo que hoy conocemos como el Patio de las Comedias, un lugar que fue primero una alcaicería musulmana —un mercado cerrado para el comercio de bienes valiosos como la seda— y que con el tiempo se convirtió en corral de comedias a mediados del siglo XVI, reflejo de una nueva sociabilidad urbana.
Ya en el siglo XVII, en 1675, este espacio pasó a usarse como patio de vecinos, donde varias familias compartían el agua, la vida cotidiana, las penas y las fiestas. Lo que entonces era símbolo de necesidad y convivencia popular, hoy es un ejemplo vivo de patrimonio cultural. Con sus macetas azules, donde florecen sus geranios colgantes, o esa albahaca de embriagado olor, con la cerámica tradicional y placas conmemorativas recordándonos el paso del tiempo o poemas.
«Hay besos que pronuncia por si solos
La sentencia del amor condenatoria
Hay besos que se dan con la mirada
Hay besos que se dan con la memoria
Hay besos silencioso, besos nobles.
Hay besos enigmáticos, sinceros
Hay besos que dan solo las almas.
Hay besos por prohibidos, verdaderos
(…)
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado
Hay besos que encierran una tragedia.
Cuantas rosas en broche han deshojado.»
Gabriel Mistral (Vicuña 1889-Nueva York 1957.
En fin, el patio conserva la memoria de siglos de historia.
El Patio de las Comedias, cuidadosamente mantenido por sus vecinos, ha sido premiado en numerosas ediciones de la Ruta de los Patios, Rincones y Balcones de la Subbética. Pero su valor no es solo estético, es también histórico. En sus muros resuena aún el eco de aquella época en la que los Fernández de Córdoba moldeaban el destino de villas enteras, dejando tras de sí castillos, iglesias y trazados urbanos.
Hoy, en pleno siglo XXI, este patio simboliza la continuidad entre el pasado señorial y la identidad popular, entre la historia escrita en pergaminos y la vivida entre flores, fuentes y paredes encaladas. Iznájar sigue floreciendo, como entonces, bajo la sombra amable de su historia.
Francisco Fernández de Córdoba y Rivero.
fferyri@gmail.com