Zócalo de azulejos que recorre el presbiterio.
Cerámica de Talavera de la Reina.
Iglesia de San Sebastián.
Mohedas de la Jara (Toledo).
Contexto genealógico y heráldico
Alfonso Fernández de Córdoba del que detallamos su biografía, pertenecía a la casa señorial de Alcaudete. Su abuelo Alfonso Fernández de Córdoba, V señor de Alcaudete, había contraído matrimonio con María de Velasco, hija del conde de Siruela. A raíz de esta unión se estableció el cuartelado de armas de ambos linajes:
1º y 4º: Córdoba (en campo de oro, tres fajas de gules).
2º y 3º: Velasco (campo jaquelado de quince piezas de oro y veros de plata y azur).
Los sucesores de este matrimonio conservaron este escudo y acostumbraron a usar conjuntamente los apellidos Fernández de Córdoba y Velasco, añadiendo la corona de conde, y manteniéndose así hasta la extinción de la varonía en la primera mitad del siglo XVII.
Alfonso Fernández de Córdoba y Velasco, II conde de Alcaudete (1512-1565).
Biografía
Alfonso Fernández de Córdoba y Velasco, II conde de Alcaudete, nació en Tafalla (Navarra) el 27 de agosto de 1512 y falleció en Estella el 27 de febrero de 1565. Fue alcaide, gobernador, corregidor, caballero de la Orden de Santiago, gobernador de Orán y virrey de Navarra.
Primogénito de Martín Alfonso de Córdoba y Velasco, I conde de Alcaudete, y de Leonor Pacheco de Córdoba, heredó los oficios y responsabilidades paternas, especialmente en el ámbito norteafricano. Desde su infancia acompañó a su padre en África, formándose en la práctica militar. En 1535, debido a la enfermedad del conde, asumió la posesión de las plazas africanas concedidas a su progenitor, administrando su gobierno en las ausencias de éste. Tras la muerte de Martín Alfonso durante la empresa de Orán, quedó al frente de todas las posesiones africanas de la Monarquía Hispánica.
En 1558 fue nombrado gobernador y capitán general de Orán y Mazalquivir, así como del reino de Tremecén. En 1563 dirigió las obras de fortificación de Orán y su defensa frente al ataque de Hasan-Bajá de Argel, mientras que su hermano Martín, futuro marqués de Cortes, defendía Mazalquivir. El cronista Luis del Mármol Carvajal elogió el valor con que ambos hermanos sostuvieron dichas plazas.
Sus méritos le valieron la confianza de Felipe II, quien lo designó virrey de Navarra el 5 de septiembre de 1564, en sustitución de Beltrán de la Cueva, III duque de Alburquerque. Entró en el reino en noviembre de aquel año, celebró Cortes en Tudela y se dispuso a establecer su gobierno, pero una tisis truncó su vida a comienzos de 1565, sin haber llegado a Pamplona, sede de su corte virreinal.

Matrimonio y descendencia
En 1544 contrajo matrimonio con su prima segunda Francisca de Mendoza y Carvajal, nieta de Íñigo López de Mendoza, II conde de Tendilla y I marqués de Mondéjar, e hija de Antonio de Mendoza y de Catalina de Carvajal y Vargas.

Antonio de Mendoza, camarero del emperador Carlos V, comendador de Socuéllamos, trece de la Orden de Santiago, embajador en Hungría y segundo cabeza de la casa de Tendilla, fue asimismo primer virrey de la Nueva España.

Catalina de Carvajal y Vargas, madre de Francisca, era dama de la emperatriz Isabel de Portugal e hija del licenciado Francisco de Vargas, célebre contador de los Reyes Católicos y del emperador.

La descendencia del matrimonio no se mantuvo en línea recta masculina: los títulos recayeron en el segundo hijo, último varón de la casa, que por su casamiento fue Marqués de Viana y posteriormente, por vía femenina, pasaron al linaje Álvarez de Toledo y Portugal, condes de Oropesa.
Historia Hispánica.
Adaptación: Francisco Fernández de Córdoba y Rivero
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